Siempre tan independiente, tan callado, tan pensativo. Siempre dudando pero teniéndolo claro. Adoro cuando tu mente se inunda de dudas que ni tú eres capaz de resolver. Me gusta lo complicado que eres, ese mecanismo que te hace especial. Difícil, cerrado, sin dejar que nadie traspase tu piel.
Egoísta por quererte todo para ti. Sin dejar que nadie entre.
Con el tiempo he aprendido a manejarte, he descubierto los números que abren tu caja fuerte. He conseguido abrirla y ver tu luz. Adoras la oscuridad y brillas como una estrella.
Das una imagen de simplicidad pero la gente no sabe que conformarse con lo básico no va contigo. Porque te gusta enredar y desenredar.
Porque somos un tira y afloja y porque sabes lo que voy a decir antes de que abra la boca.
Porque entras en mi mirada, porque me haces enfadar cuando muestras indiferencia.
Después de tanto tiempo, sigo sin entender tus bromas y aún no conozco tu sentido del humor.
Pero como ya he dicho, manejo tu mecanismo a la perfección.
Porque escondes bien lo que sientes y haces que trabaje para poder descubrirlo.
Por eso y mucho más…eres propietario de una parte de mi ser.
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