Recuerdos en una maleta

Mi madre me dice diariamente lo tardona que soy para todo. Es cierto que me tomo las cosas con calma, pero sería capaz de llenar una maleta en dos minutos si me dices que vuele contigo.
Juro que volaría lejos con esa maleta mal hecha medio vacía o vacía entera para traerla de vuelta llena de recuerdos, repleta de paseos, de lluvias, de parques, de besos, de calles inglesas, de libros viejos, de fotos nuevas, de restaurantes escondidos, de tés, de fish y también de chips, de metros, de miradas que intimidan, de más lluvias, de más besos…

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