Nací, lloré, crecí y con el tiempo aprendí.
Gracias al tiempo soy tranquila y a la vez inquieta, apasionada, romántica, decidida, fiel y con caracter. Gracias al tiempo me he dado cuenta de que siempre cantaré bajo la ducha, de que seguiré mordiendome las uñas y decantandome por los helados en tarrina. El tiempo me ha enseñado que las pecas no se van, que las cicatrices en las rodillas no se borran y que si fumas, cuando tengas que soplar diecinueve velas no tendrás pulmones suficientes para apagarlas de un tirón.
Gracias tiempo por haberme dado pinceladas de personalidad y no haber dejado que mi esencia se perdiera.
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