Happy 3 years


Ahí estaba yo, enfadada como de costumbre por no saber qué diablos hacer con mi pelo chamuscado y mis piernas poco bronceadas –muy poco bronceadas para ser agosto la verdad- Pues nada, un moño y un poquito de crema hidratante con purpurina, así brillaría más aquella noche. Y de repente me llaman y me dicen que el plan ha cambiado, que no es el de siempre, que andan aburridas y desean hacer algo nuevo…y yo me enfado. Sí, me enfado porque soy de ese tipo de personas que odian a muerte que le trastoquen los planes. 
Jo-der.  Con el nuevo plan iba fatal de tiempo pero al final, llegué. Eso sí, con una cara de perro rabioso que tardaron horas en quitarme.
Y ahora, tres años después pienso ¿Y si no hubiera accedido? ¿Y si hubiera insistido para mantener el plan principal? ¿Estaría aquí ahora mismo, escribiendo esto?
Pues no. No estaría escribiendo esto porque no tendría a nadie a quien escribirle. Afortunadamente esa noche me dejé llevar y olvidé por un momento lo mucho que me jode que me cambien un plan.
Gracias a mis amigas, por ser unas pesadas y no saber dónde poner el huevo.  

Gracias a él, por estar en el mismo lugar que yo aquella noche y no separarse de mí desde entonces. 



No hay comentarios:

Publicar un comentario