Reconozco que no soy una apasionada de los planes de montaña como el senderismo o las acampadas, pero hoy he llegado a la conclusión de que es totalmente necesario tener una sillita de esas plegables que venden en Decathlon. Sí, esas que tienen la tela color verde militar y donde apenas cabe un culito respingón.
Mi madre hoy me ha preguntado: "Pero hija, si tu no te vas nunca de camping, ¿para qué quieres una de esas sillas?"
Mi respuesta ha sido clara: "Mami, ¿es que tú no odias la sensación de verte obligada a dejar el bolso en el jodido y asqueroso suelo?"
Ella, entre risas, me ha contestado que sí, que en cuanto se despertase de su siesta iríamos juntas a Decathlon a comprar dos sillitas plegables, para así llevarlas siempre dentro del bolso y no tener que abandonarlos nunca más en el "jodido y asqueroso suelo".
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