El camino a elegir

A las plantas hay que cuidarlas. Algunas necesitan cuidados diarios y otras son más independientes, pero a todas hay que mimarlas, regarlas y decirles lo guapas que son. Algunas personas les ponen música porque creen que saldrán más bellas, otros les tiran el humo de sus canutos porque piensan que de ese modo colocarán más.
Ayer salí a mi jardín y contemplé todas las platas que residían en él y me di cuenta de que la que más me gustaba era aquella que pasa desapercibida y que apenas requiere de cuidados. Suena raro pero me sentí identificada por primera vez con algo tan natural como era esa enredadera que ha ido creciendo desde hace más de diez años, que se ha adaptado a las paredes de mi casa y que ha crecido y haciéndose hermosa con el paso del tiempo.
La falsa vid me hizo ver que ella, como yo, ha ido eligiendo su camino, extendiendo sus ramas por donde ella quería.
Muchas veces la enredadera se enreda ella sola y tarda en elegir si ir hacia la derecha o hacia la izquierda, no sabe que lado le llevará a la luz del sol, pero siempre termina acertando.
Como yo, que elija el camino que elija, siempre acierto, porque como hace la enredadera de mi casa, elijo el camino que quiero.
Ilustración de Shinoflow

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