El sol aún está durmiendo, él sale de la cama y se dirige al cuarto de baño. Entra en la fría ducha pero pronto siente el calor. Se permite estar quince minutos mientras asimila que comienza la semana y que tiene demasiadas cosas que hacer. Se viste sin prisa aunque debería haber salido ya de casa. Toma café con tres cucharadas de azúcar, como a él le gusta.
Salta a la calle y empieza a caminar mientras suena With me, su canción favorita. Él tampoco quiere que ese momento termine, aunque todavía no haya comenzado.
Hoy está convencido, dejará sus preocupaciones a un lado y empezará a actuar con el corazón y no con la cabeza, como siempre hizo. Nunca quiso una mujer a su lado pero su mentalidad ha cambiado gracias a ella.
Cuando la ve y cruza la calle deja de ser el soltero que siempre fue y empieza a sentirse como un hombre enamorado, a pesar de que nunca quiso serlo.
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