100cigarettes

La verdad es que me harto de decir que no se debe juzgar sin conocer a alguien, pero ¿quién no juzga a las personas?

El problema está en que normalmente nos equivocamos. Pero me gusta equivocarme.
Sí, me gusta equivocarme, saber que no estaba en lo cierto, aprender de los errores, adoro sorprenderme con las cualidades de las personas que previamente había juzgado.
Quiero seguir sorprendiéndome y descubrir los tesoros que escondes en tu profundidad.
Quién me iba a decir que llegarías a ser tan imprescindible para mí como una calada a un cigarrillo.
Has llegado a formar el cincuenta por ciento de humo en mis pulmones, que cuando no está lo necesito y que cuando está… quiero más.
No te gusta el tabaco, ni el humo, ni el olor que desprende. No te gusta que esconda las palabras entre caladas poco convincentes.
Pero te gusto yo, cuánto empeño le pongo para que seas feliz de una vez por todas.
Soy un simple granito de arena que intenta hacer montañas de felicidad.

Te regalo todos los besos curativos de pena para los momentos de amargura.

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